Entre otras cosas, también garantizan que la lucha es con el sistema judicial en tribunales de familia y en lo penal.
La ONG se formó cuando un grupo de padres manifestó la imposibilidad de ver a sus hijos en situaciones de divorcios y separaciones. Allí comenzó el proceso en el que el hijo quedaba como “rehén en el conflicto de los adultos”.
“En crianza sana lo que se habla es de este mensaje no más hijos rehenes, no más alienación parental y no más obstrucción de vínculos”, nos dijo Valeria Rodríguez, vicepresidenta de la fundación.
Según explicó, la alineación parental es cuando un menor no puede tener contacto con uno de sus progenitores.
“Es una obstrucción para poder trabajar seriamente y amorosamente en la revinculación. Y por otro lado, la obstrucción de vínculos también tiene que ver con esto. A partir de la alienación parental se produce la consiguiente obstrucción de vínculos”, señaló.
Y esto es a raíz de la falta de operadores de la justicia y en la falta de capacitación.
“Las cuestiones de familia requieren mucho cuidado en la atención de estos expedientes de divorcios conflictivos, donde hay criaturas de por medio, donde hay regímenes de visitas, pero que los regímenes de visitas no implican solo a los padres, sino también a los tíos y a los abuelos”.
Además, sostienen que las niñeces son las que más sufren la ruptura de esos vínculos y que necesitan seguridad en esas primeras etapas de su desarrollo integral.
También luchan para esclarecer la cuestión de no es una cuestión de género: “cuando se habla de que la violencia no tiene género, de lo que se está hablando es que todos somos iguales ante la ley y que la Constitución nos debe garantizar el debido proceso. Para eso está la justicia, para hacer justicia, no para ser parcial, sino para ser imparcial”.
Ante esto, la madrina de la corporación aclaró que cuando se habla de que la violencia no tiene género, es tomado como si hicieran “caso omiso” a la violencia contra las mujeres y que es falso.
El repudio de algunas organizaciones
“Decir que las denuncias no son válidas y que no hay que hacerlas es realmente no entender nada, ni siquiera entender lo propio que están haciendo, no como sucedió el año pasado, que había algunas instituciones que se opusieron y incluso repudiaron el hecho de la acción de crianza sana“, argumentó.
Y agregó que esto atenta contra el objetivo que desarrollan, particularmente porque se centran en un “sistema que falla”, pero que no fallan todas las personas.
Por último, Rodríguez habló sobre los conflictos en los divorcios: “los judicializados los tiene que dar la justicia. Y de lo que se trata acá es que la justicia no está dando los mecanismos, ni tiene los recursos, ni opera en los tiempos de celeridad que estas situaciones necesitan. Entonces, más que una solución al problema, de lo que se trata es de hablarlo y darlo a conocer”.
Y que resulta importante encontrarte con otras personas que atravesaron o atraviesan la misma situación.
“Tiene un efecto reparador que vuelve a dar ganas de confiar en el mañana y que todo el que hoy no está viendo a su hijo se levante con ganas al día siguiente para poder decir bueno, cada día falta menos”, concluyó.