“La justicia está siendo injusta”, dijo Olga Aban.
Verónica Aban tenía 36 años y fue encontrada estrangulada en Hilario Ascasubi. Aún después de casi dos meses, no hay ningún detenido.
Fue el 17 de julio por la tarde que alrededor de las 19 hs fue hasta la casa donde se estaba construyendo ella misma. “Que nadie haya escuchado ni visto nada me genera dolor. Nadie declaró”, señaló Olga.
“Sentimos impotencia por la falta de empatía. Tienen que animarse a hablar y a declarar porque esto se puede volver a repetir el día de mañana”.
Sobre la causa, la mujer indicó que “aparte de lo que es el dolor de la pérdida, sentimos impotencia, porque siento que el avance de la investigación la veo así como una meseta estancada y desde fiscalía nos dicen que están trabajando y estamos esperando todavía las pericias”.
Nos comentó que los plazos que les asignan desde la justicia son largos. Entre el 18 y el 20 de septiembre comenzarían a trabajar en las pericias con las pruebas recolectadas en la escena del crimen. Luego, quedará esperar el informe que estiman que sea un mes más.
“Lo que más bronca da es que en un pueblito tan chiquito de menos de 5.000 habitantes y si esto no se resuelva hasta ahora, suena incompetente, inoperancia por parte de la justicia y los que están trabajando”.
Y agregó que “si no pueden resolver, qué se espera de casos y causas en ciudades más grandes, si ya pasaron 47 días del caso y hasta ahora no tenemos ningún imputado”.
Y con respecto a las acusaciones de que se trata de una “campaña política”, explicó que “tratan de ensuciar como que está relacionado con una movida política y la realidad es que no nos interesa la política. Lo único que quiero yo y toda mi familia es que el asesino, la asesina o los asesinos que le quitaron la vida a mi hermana paguen por lo que hicieron”.
Olga, a diferencia de su hermana, vive en Pedro Luro, un pueblo ubicado a aproximadamente 12 kilómetros de Ascasubi, pero así y todo, ellas almorzaban los domingos en la casa de su madre con la demás familia y permanecían en contacto constante.
Por lo tanto, la última conversación que tuvieron fue el día anterior al asesinato, el domingo 16 de julio. “Me llamó y me preguntó si yo iba a ir para organizarnos con el tema de la comida. Fue la última vez que hablamos. Lamentablemente no pude ir ese domingo”.
“Ella era la chispa de la familia, la alegría. Una persona súper alegre, cariñosa, respetuosa con los demás, amante del medio ambiente, los animales, un ser especial”, afirmó.
“La verdad que dejó un gran vacío, no solamente a nivel familiar, sino que también a nivel comunidad. Toda la gente que la conoció siempre la recuerda de esa manera”, concluyó.