En medio de una notoria improvisación libertaria, la oposición anti kirchnerista advirtió en las últimas horas que, si el Gobierno no encuentra a un diputado probo para revisar artículo por artículo de la demorada y fileteada ley ómnibus -versión 1.000-, habrá una votación en particular caótica en la Cámara baja. Es decir, un escenario pesimista como el de febrero pasado, situación que activaría un divorcio total de Javier Milei con lo que él considera -sin mirar a los propios- la “casta”.
“La cocina está en el Congreso, no en la Casa Rosada. Está bien que se hayan juntado con algunos bloques y gobernadores, pero hablaron más de lo tributario que de otra cosa. Si la ley original fue dictaminada y aprobada en general semanas atrás, los votos van a repetirse para eso. El problema es que no hay un solo diputado de ellos que haya hecho un conteo real del voto a voto en los artículos delicados. Tampoco se muestra muy interesado -el titular de la Cámara baja, Martín- Menem, que sigue jugando a las internas con -la secretaria general de Presidencia- Karina Milei”, pinceló una experimentada legisladora a Infobae.
Desde otro bloque, un diputado señaló a este medio: “Lo que entró no va a ser. Eso, seguro. Además, hay que agregar un capítulo laboral con distintos proyectos presentados y sin horizonte claro a la vista, más allá de buenas intenciones. Y tenemos bancadas supuestamente ‘dialoguistas’ que, en la discusión anterior, presentaron dictámenes distintos, votaron disociados y siguen con internas no saldadas. Un panorama flaco en cuanto a buenos augurios”.
A las críticas a Menem se sumaron en los últimos días las dirigidas hacia el flamante jefe del bloque libertario, Gabriel Bornoroni. “Ni bien asumió, tendría que haber renunciado a la titularidad de la comisión de Legislación General, que es la cabecera de la ley ómnibus. Tampoco sabemos cuándo arranca el debate. O si discutiremos todo como paquete o por separado. Y no olvidemos su accionar en el recinto de semanas atrás. Demasiados flancos abiertos para la intención de tener aprobado todo esto en menos de 10 días”, deslizaron desde otro despacho.
Otra legisladora con años en el Congreso sostuvo que, si bien el escenario coincide con el descrito por la mayoría de fuerzas anti K en la Cámara baja, “hay una mejor sinergia con el Gobierno”. No obstante, el cronograma que sueñan los libertarios en Diputados choca con reuniones plenarias de mínima para analizar el combo de leyes con funcionarios nacionales, para lo fiscal; y con sindicatos, para lo laboral.
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