Sucedió un 19 de mayo de 1859. Después del enfrentamiento, sus cuerpos fueron quemados en lo que hoy es la Plaza Rivadavia.
Sucedió el llamado “malón de 1859” o “último malón a Bahía Blanca” y a los más de 100 cuerpos indígenas quemados.
Lo hicieron por Estomba y Zelarrayán y el fuerte fue defendido por un frente militar integrado por el Regimiento de Granaderos, la Guardia Nacional, la Legión Agrícola Militar y “los indios aliados”.
El resultado fue más de 100 aborígenes muertos y sus cadáveres prendidos fuego, en una quema que duró casi todo un día frente al portón de la Fortaleza Protectora Argentina, hoy la Fuente de los Ingleses de la Plaza Rivadavia.
Es por esto que quienes conforman la Asociacion Cultural de Defensa y Promoción de las Artes Regionales convocó a las 17hs en el propio sitio de los sucesos.
“Conformaremos el chenque con cada piedra, se abrirá un espacio de reflexión y las abuelas harán ceremonia… luego de la caída del sol nos llevaremos nuestra piedra para volver a traerlas el año que viene y así hasta que la ciudad en su conjunto formalice un monumento que aporte a la reparación y entendimiento de las distintas culturas que conviven en nuestra Tierra”, afirmaron.
Chenque es una palabra Tehuelche que designa un túmulo funerario hecho de piedras que se orientaba mirando al Este. Cubría el cuerpo del fallecido. Este Chenque se montará antes de la puesta del sol y se desarmará una hora después.
“¿Sobre qué caminan tus pies?”
Recordemos que a mediados de junio del 2022, Araceli Ortiz llevó a cabo una intervención desde la esquina de Zelarrayan y 19 de mayo, donde culminó el acto trágico. El fin fue “que los espectadores que se encuentren caminando por aquel espacio, se sientan impactados y genere incomodidad”, garantizó.
“La idea empieza a formarse luego de venir trabajando mucho con el tema de mi identidad, sobre todo cuando comienzo a reconocerme como persona de color, como mujer marrón de descendencia indígena Wichi y Tehuelche, por parte de mis abuelas materna y paterna, recordaba que una vez una profesora nos había contado aquel suceso, y fue ahí cuando decidí llevar adelante la intervención”, afirmó la artista.
En el proceso, Araceli se inspiró y tomó como referencia a varios artistas marrones como David Gudiño y una escritoria que aparece en Instagram como @indiaescribe, pero sobre todo, el colectivo de Identidad Marrón, “es la principal referencia que tomo, un colectivo de hijos, nietos de familias indígenas o de familias campesinas latinoamericanas, aunque vivan en espacios urbanos, de todas partes de Latinoamérica. Este colectivo surge hace más de tres años, como espacio de encuentro, con la intención de alentar que las personas marrones puedan reconocerse, participar, hablar y ser escuchadas”, agregó.
Además, nos explicó el porqué de la expresión a través del arte “porque no todos saben lo que sucedió en esta fecha, y eso lo confirme el día de la intervención cuando la gente se acercaba a charlar conmigo. Estamos acostumbrades a invisibilizar a las personas que no son blancas, por eso esta intervención tiene como finalidad hablar de otras identidades que tienen que ver con las poblaciones originarias de nuestro territorio, sin ir más lejos en Bahía Blanca”.
La convocatoria invita a todas y todos a traer una piedra ó símil piedra en cerámica, lana, fieltro, o cualquier otro material. “Pretendemos promover la memoria, la verdad y la integración intercultural con las piedras aportadas por quien se sienta interpelado/a/e”, agregaron desde la asociación.