El merendero “Pequeño Gigante” trabaja a pulmón desde la pandemia ayudando a 150 chicos y chicas del barrio Thompson con alimentos, abrigo y contención quienes se acercan a diario en busca de primeras necesidades.
Oriana Carranza comenzó durante la pandemia junto a su pequeño hermano Mateo, que tenía diagnosticado cáncer terminal, este proyecto solidario que hoy en día posibilita a más de 100 niños y niñas acceder a una merienda o una comida caliente.
Tras la partida de Mateo, Oriana doblegó esfuerzos junto a su madre para continuar trabajando sin ningún tipo de ayuda municipal o estatal para atender las carencias alimenticias de los más pequeños del barrio.
El merendero, ubicado en el corazón del Barrio Thompson en la intersección de las calles 1810 e Italia, brinda los martes y jueves la “copa de leche” y los sábados una olla popular que cada día crece en cantidad de comensales.
“Tenemos necesidades urgentes. No recibimos ayuda de nadie y junto con mi mamá muchas veces no damos a basto con la cantidad de chicos y chicas que necesitan de un alimento o un abrigo en estos momentos que estamos viviendo”, dice Oriana.
“Hoy en día estamos juntando ropa de abrigo y calzado. La situación en el barrio es desesperante, hay chicos y chicas en condiciones extremas con los fríos que estamos teniendo y le pedimos a la gente que nos de una mano para poder ayudarlos”.
Quienes quieran colaborar con el merendero lo pueden hacer comunicándose al tel: 2914 43-1135 o apoyando económicamente como benefactores del comedor con lo que puedan al alias Oriana.mateo2016 a nombre de Oriana Geraldine Carranza.
“Necesitamos que las personas que puedan y quieran nos apadrinen porque se nos hace imposible atender todas las necesidades que estamos teniendo. Muchas veces no podemos brindar la copa de leche por falta de alimentos y hay una necesidad urgente de ropa y calzado para los más de 150 chicos que vienen al merendero”, dijo Oriana.
“En este momento estamos haciendo una campaña para juntar ropa de abrigo, frazadas, agua mineral y comida para poder hacer una olla popular masiva y preparar viandas de comida para las personas que se encuentran en el hospital”.
“Tenemos varios bebés que están internados con problemas respiratorios y las familias están afuera del hospital esperando por su recuperación y tratamos de acercarle algo para comer porque no tienen recursos para poder comprarse algo para alimentarse mientras esperan por la recuperación de sus hijos”.
“Nos llena el alma poder dar una mano a quienes en este momento la están pasando muy mal en el barrio, pero para eso necesitamos la ayuda de aquellos que puedan, porque muchas veces estamos solas con mi mamá y no alcanzamos con todo”, finalizó Oriana.
En estos momentos de necesidades cada vez más básicas, las personas como Oriana y su madre son quienes terminan cubriendo un vacío generado por la ausencia de acompañamiento de quienes deberían solventar estos requerimientos.
En honor a Mateo, Oriana y los demás, que dejan día a día su corazón para ayudar a los más pequeños del barrio Thompson.